Sobre sentencias, multas y beneficios

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Mientras salga más barato contaminar —o destruir literalmente nuestros montes— y pagar una multa ridícula que hacer las cosas bien y cumplir la ley, las empresas seguirán contaminando y destrozando la naturaleza. El coste de estas ilegalidades recae sobre aquellos que creen obtener el mísero beneficio de un precario empleo, produciendo con ello un coste, generalmente, colectivo, mientras piensan que dicho coste no sale de nuestros bolsillos. Este daño ocasionado a nuestro patrimonio natural reporta siempre un beneficio exclusivamente privado.

Están destruyendo, con dinero público, nuestro patrimonio natural, nuestra salud, nuestro futuro. El bosque. Consentirlo es de pusilánimes.

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