El hombre no es el amo de la naturaleza

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Algunas personas, muchas más de lo que es humanamente sano y razonable, se deleitan en el negro nogalita y persiguen lo verde por toda la Cantábrica de oriente a poniente y Sil abajo, Sil arriba. Sin embargo, ni todo el monte es oriégano ni lo destructivo es la solución (es el problema a un futuro mejor).

Ser ecologista supone darse cuenta —algo que ahora es una evidencia— de que el hombre no es el amo de la naturaleza, sino un objeto natural más, y en consecuencia que la evolución del planeta constituye un marco en el que él mismo evoluciona.

Comprender cómo cambia la naturaleza, cuáles son los riesgos que corre, ya sea por su propia evolución o por la acción del hombre, supone abrir paso a una estrategia inteligente para preservar los equilibrios indispensables sin los cuales la supervivencia de las sociedades humanas no resulta posible.

Así es como imagino el cambio: el nuevo hombre no es el hombre de la Biblia al que Dios dice:"Serás el amo de la naturaleza", sino el hombre instruido por un mejor conocimiento de cómo funciona esa naturaleza.



Stéphane Hessel nació en Berlín, el 20 de octubre de 1917, pero vive desde los siete años en París. Diplomático, escritor, y militante político fue miembro de la resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial, y debido también a su origen judío, capturado y torturado por la Gestapo, y recluso de los campos de concentración de Buchenwald y Dora-Mittelbau. Fue uno de los redactores de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948. En abril de 2011 es propuesto como candidato al Premio Nobel de la Paz.

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